Memorias de una geisha

Hace ya año y medio leí uno de mis libros favoritos a día de hoy. Desde que era muy pequeña me llamaba la atención la mujer pálida y asiática de la portada. Un día para evadirme de los exámenes de junio decidí empezar a descubrir la historia de esa joven de mirada especial.

Justo antes de empezar la obra podemos leer que está basada en biografía de una geisha llamada Mineko Iwasaki pero está escrita por Arthur Golden, quien tuvo prohibido publicarla hasta la muerte de la japonesa.

Cuenta la historia de Chiyo, la segunda hija de una familia pobre que vive justo antes del estallido de la II Guerra Mundial. A la muerte de sus padres la venderán a una humilde casa de geishas (okiya), donde se encargan de pagar su formación a cambio de trabajo. La protagonista estará separada de su hermana y corre bastante más suerte que ella, aunque la vida en la okiya no es precisamente fácil. Su infancia pasa entre clases y recados, creciendo entre geishas egoístas y envidiosas. Aún siendo Chiyo niña, conocerá al que será el amor de su vida.
Cuando crece, Mameha, la geisha más importante hasta entonces se convierte en su protectora y le enseña todo cuanto debe saber. La que fue una chiquilla asustada y sola, se convierte en la geisha la más reconocida del momento. Con el inicio de la II Guerra Mundial sus logros dejan de importar y su belleza se irá perdiendo a causa de las duras condiciones de vida.
Aunque el libro pueda parecer enorme cada página se disfruta porque la manera de narrar es sencilla pero no carece de detalles y los escenarios acaban haciéndote sentir como en casa. Personalmente, me gustó más el libro pero la película es de gran calidad y recomendable para los cinéfilos pesar de que no es completamente rigurosa. Tanto la novela como la película son perfectas para disfrutar estos días de cuarentena!

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